Salvador Hernández, fundador del tradicional negocio “Tacos Don Chava”, falleció a los 66 años debido a complicaciones de una enfermedad renal. Su hijo, Héctor René Hernández Medina, confirmó que el deceso ocurrió en el IMSS tras varios días de hospitalización.
René Hernández descartó que la causa del fallecimiento haya sido dengue hemorrágico, como se rumoró. Explicó que aunque hubo sospechas iniciales, no se confirmó en el diagnóstico médico. “Fue la insuficiencia renal lo que agravó su condición y causó su muerte”, precisó.
Don “Chava” dejó un legado gastronómico reconocido en Monclova. Originario de Oaxaca y radicado en Yucatán, llegó a Monclova en 1991, donde comenzó vendiendo tacos de olla en un puesto móvil. Con esfuerzo y dedicación, construyó una clientela fiel gracias a su sazón único y trato cercano con los comensales.
El legado de Tacos Don Chava
El negocio inició frente a la desaparecida embotelladora de Coca-Cola con un triciclo y evolucionó a la venta de tacos de bistec. “Mi padre experimentaba con los ingredientes hasta encontrar la receta perfecta”, recordó su hijo. Añadió que el trato amable de Don Chava con personas de todas las edades fue clave para su éxito.
Durante más de tres décadas, Tacos Don Chava se convirtió en un punto emblemático para locales y visitantes. “Era común ver a clientes de otros estados y de Estados Unidos regresar por sus tacos y saludarlo”, destacó René.
En sus últimos años, Salvador Hernández delegó el negocio a sus hijos, aunque continuaba visitando el lugar y atendiendo a los clientes. “Era reconocido y apreciado por todos; siempre tenía tiempo para conversar con la gente”, comentó su hijo.
Planes para honrar su memoria
Antes de su fallecimiento, Salvador Hernández trabajaba en un establecimiento propio para el negocio, dejando atrás la renta de locales. “Este lugar era su sueño, su meta final. Aunque no logró abrirlo, como familia estamos comprometidos a inaugurarlo en su honor”, aseguró Héctor.
El legado de Salvador Hernández trasciende generaciones, consolidándose como un símbolo de esfuerzo, familia y tradición en Monclova. Su huella permanecerá en cada taco que lleve su sello característico.
